Washington, 16 sep (PL) El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, arremetió hoy, otra vez, contra la investigación sobre las elecciones de 2016 al tildar de caza ilegal de brujas la pesquisa del fiscal especial Robert Muller.
En su cuenta en Twitter, donde es habitual que el mandatario republicano dirima cualquier tema, dijo este domingo que «la caza ilegal de brujas de Mueller continúa en busca de un delito».
Según Trump, «nunca hubo colusión con Rusia, excepto -repitió en el tuit- por la campaña de (Hillary) Clinton», la candidata del Partido Demócrata.
A juzgar por el jefe de la Casa Blanca, «los 17 demócratas enojados están buscando cualquier cosa que puedan encontrar», lo que consideró «muy injusto y malo para el país».
La colusión no es un crimen
El gobernante afirmó a finales de julio que la colusión no es un crimen, cuando su exjefe de campaña Paul Manafort comenzaba a enfrentar un juicio como parte de las indagaciones de Mueller, que intenta demostrar una presunta interferencia rusa en los comicios de hace dos años y la supuesta complicidad con la campaña de Trump.
Los criterios del estadista salieron a la luz un día antes de que el exjefe de campaña enfrente otro juicio (fijado para comenzar este 17 de septiembre aquí en Washington D.C.), el cual incluye denuncias de lavado de dinero y cabildeo en representación de foráneos, así como declaraciones falsas al Buró Federal de Investigaciones (FBI).
Para este trance, ya el acusado se declaró culpable de dos cargos de conspiración y conspiración para manipular testigos y expresó que cooperará con el Departamento de Justicia.
En agosto, Manafort fue encontrado culpable, en un primer proceso celebrado en Alexandria, Virginia, de ocho acusaciones de fraude fiscal y bancario.
Recientemente, en uno de sus varios tuits dedicados al mismo asunto, el mandatario consideró que «Bob Mueller está totalmente en conflicto, y los 17 demócratas enojados que están haciendo su trabajo sucio son una vergüenza para Estados Unidos».
El nuevo pronunciamiento sigue en línea con la escalada de Trump en sus persistentes ataques contra el fiscal especial, nombrado al frente de la pesquisa por el vicefiscal general, Rod Rosenstein, luego de que el presidente despidiera en mayo de 2017 al exdirector del FBI James Comey.